DOMÓTICA VS AUTOMATIZACIÓN

La automatización de edificios gana cada vez más relevancia en el sector de la construcción debido a los numerosos beneficios que ofrece en términos de sostenibilidad. En este contexto, desempeña un papel fundamental al utilizar diversas tecnologías para lograr una gestión automatizada, remota y eficiente de los edificios, abarcando desde los sistemas de seguridad hasta el consumo energético.

Pero ¿sabes cuál es las diferencias entre automatización y domótica?

La automatización, al igual que la domótica, usa la tecnología para llevar a cabo tareas rutinarias automatizadas, pero a diferencia de la domótica, la automatización no necesita del factor humano. Es decir, el sistema actúa activando las funciones pertinentes sin necesidad que estemos presentes y sin necesidad de que activemos o desactivemos ningún dispositivo.

La automatización de un espacio se realiza mediante la instalación de un centro de control único donde se configuran todas las tareas. Utilizando sensores, se recopila información sobre el estado del edificio y el sistema reacciona llevando a cabo las funciones programadas. Ambas tecnologías, domótica y automatización, permiten una gestión eficiente del uso de la energía en los inmuebles, lo que contribuye a aumentar la productividad, la seguridad y el bienestar de los residentes.

La domótica se limita principalmente al ámbito residencial y abarca funciones como la activación o desactivación de electrodomésticos, sistemas de climatización e iluminación del hogar.

La automatización, monitoriza los electrodomésticos, la iluminación de todas las habitaciones, climatización y control de accesos. A través del sistema Smart, se programan todas las funciones para que se activen de forma automática sin necesidad de que estemos presentes y se obtiene información necesaria del gasto que generan los dispositivos.

El sistema Smart es un centro de control único, centralizado y remoto diseñado tanto para hogares como para grandes edificios, establecimientos comerciales, hoteles, restaurantes, colegios, hospitales o incluso naves industriales.

Algunas de las ventajas de la automatización son el aumento de la seguridad de los edificios, la mejora de las telecomunicaciones, la supervisión de sistemas de vigilancia, control energético, la promoción del uso responsable y eficiente de la energía entre otras. Todas estas tareas se realizan de forma automática sin que una persona tenga que estar presente para activar su funcionamiento.

Tanto la automatización como la domótica contribuyen a hacer que un edificio sea más sostenible al proporcionar eficiencia y confort. Estos sistemas son capaces de regular la climatización y la iluminación de las estancias según su ocupación, evitando el derroche energético. A diferencia de los dispositivos domótico, un sistema de automatización te avisa en el caso de que identifique que algún dispositivo requiere reparación o mantenimiento.

La domótica desempeña un papel clave para el ahorro de energía en el hogar al gestionar elementos que contribuyen a reducir el consumo de agua, gas y electricidad. Por ejemplo, los dispositivos permiten programar el encendido de los aparatos eléctricos. Esto conlleva una gestión adecuada de la iluminación y la climatización de la vivienda, lo que reduce significativamente el consumo energético y contribuye a tener un hogar sostenible, pero a diferencia de la automatización, debemos estar al tanto de su encendido y apagado.

Además del ahorro energético, la domótica ofrece numerosas ventajas para las viviendas, especialmente porque se trata de una tecnología en constante evolución. Algunas de estas ventajas incluyen la mejora de la seguridad del hogar al detectar fugas de gas, incendios, escapes de agua y posibles intrusos a través de cámaras de seguridad. También proporciona mayor comodidad al permitir el control de las tareas básicas del hogar, como abrir y cerrar persianas o encender y apagar sistemas de calefacción e iluminación, desde cualquier lugar a través de dispositivos móviles.

En resumen, la domótica está limitada principalmente por el factor humano ya que, sin la activación y desactivación manual, no puede llevar a cabo ninguna función. Sin embargo, la automatización actúa de forma autónoma sin necesidad de que estemos presentes y activa o desactiva las funciones en el edificio en base a unos parámetros programados previamente. Por ejemplo, si programamos que una habitación esté siempre a 22 grados, el sistema sube o baja las persianas o toldos para que no entre el sol y enfría el espacio de forma natural, antes de encender el aire acondicionado. A través de la domótica, podemos activar o desactivar las persianas o el aire acondicionado de manera automática pero no en relación a ningún parámetro.